Una de las grandes motivaciones para soportar el paso de los días, es la sorpresa. Ignorar hacia dónde nos dirigimos. A qué lugar nos llevarán los pasos que ahora emprendamos. Porque aun cuando tomemos todas las previsiones para acabar en un lugar determinado, la existencia parece reírse de todas ellas.
Revista Proceso
6 de febrero de 2009
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