El 16 de septiembre de 1897 el presidente Porfirio Díaz pasaba revista al ejército en la Alameda, cuando un hombre se le acercó y lo agredió. Aunque se dijo que no había móvil en el agresor, sino acaso problemas mentales o algo de borrachera, el atacante “murió” en prisión horas después, sin que se dieran a conocer las causas. Ese día sucedió algo singular.
martes, 2 de junio de 2009
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