En los años 30 del siglo pasado, México representó para los surrealistas europeos el sitio ideal para desarrollar su invención artística, motivados en primer lugar por las visitas a nuestro país de Antonin Artaud y André Breton, padre del surrealismo, que en 1938 bautiza a nuestro país como“ el lugar del surrealismo por excelencia”, haciendo referencia con esta frase al sitio donde la idea de transformar el mundo y cambiar la vida, era factible a través de la creación artística y la revolución.
2 de junio de 2009
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