lunes, 27 de octubre de 2008

Revista Matria



En el presente octubre de las lunas hermosas, proponemos bajar la vista del cielo a uno de los recursos naturales menos comprendidos, nos parece, y menos defendidos: el suelo. Hasta el uso de la palabra, para quienes habitamos en una ciudad, metidos en un departamento de ladrillo y concreto, refiere al piso, loseta, recubrimiento, sobre el que pisamos todos los días. Es en un sacudimiento de cabeza que rectificamos: “ah, el suelo, la tierra, pues, en donde crecen las plantas y los árboles.”


Suplemento de La Jornada de Oriente
27 de octubre de 2008

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